Me resulta difícil decidir por dónde empezar a escribir sobre el aprendizaje, porque es un tema tan amplio, tan complejo, y está tan imbricado en todos los aspectos de mi vida, que dar cuenta del mismo se me aparece como una tarea ciclópea. Pero de todos modos voy a empezar por algún lado.
Hace un poco más de 30 años leí un libro de Seymoour Pappert, que en español se titulaba "Desafío a la mente". Me parece que el título original en inglés era algo así como "Children, computers and powerful ideas". Pappert había sido alumno directo de Jean Piaget, el biólogo que se convirtió en uno de los más importantes referentes de la Psicología Evolutiva. Para cuando Pappert escribió ese libro, dirigía el proyecto del lenguaje computacional "LOGO", en el M.I.T: (Massachussets Institute of Technology.
Quienes tuvieron un contacto muy superficial con el lenguaje LOGO creen que fue una especie de juego infantil para introducir a los niños en el uso de la computadora, moviendo la imagen de una tortuga en la pantalla. Pero en realidad, el LOGO fue creado como un dialecto del lenguaje LISP, en el que se basaban los desarrollos de la inteligencia artificial, que estaba recién en sus comienzos. Y uno de los objetivos de la creación del lenguaje LOGO y todo su entorno era introducir a niños de edad preescolar en la comprensión de los principios básicos, o las ideas básicas del cálculo diferencial, que es una rama de las matemáticas que se enseña generalmente recién a nivel universitario.
El libro "Desafío a la mente" está lleno de ideas sumamente valiosas, más allá de los aspectos que seguramente han quedado obsoletos debido al desarrollo posterior de la tecnología. Una de esas ideas es una reflexión que hace Pappert sobre su propio aprendizaje de las Matemáticas.
Cuenta que de niño le regalaron un juego que tenía elementos para construir mecanismos. Pienso que debe haber sido algo del tipo del "mecano" con el que yo jugaba de niño a construir grúas, camiones y cosas por el estilo. A Pappert le fascinaron los engranajes y dedicó muchísimas horas a construir mecanismos usándolos. Sucede que los engranajes son de alguna manera la materialización de ecuaciones matemáticas, porque al enganchar un engranaje de 10 dientes con otro de 5 dientes, por cada vuelta que da el de 10 dientes, el de 5 dientes da dos vueltas. Con lo cual la velocidad de la rueda de 5 dientes es el doble de la velocidad con que gira la de 10 dientes. (¿o me estoy equivocando...?).
Bueno, de todos modos esto no pretende ser una demostración de mis conocimientos matemáticos. Lo que me interesó fue la reflexión de Pappert sobre lo fácil que le resultó, unos cuantos años después, aprender matemáticas de nivel muy avanzado. Según él, el haber tenido mucha experiencia concreta, física, con los engranajes, hizo que muchos conceptos y operaciones matemáticas sumamente complejas a él le resultaran fácilmente comprensibles. Su conclusión fue algo así como que cualquier cosa puede ser fácil de comprender si uno puede relacionarla con alguna experiencia concreta que ha tenido en su vida.
Si esto fuera un trabajo científico, yo debería citar exactamente sus palabras, y poner una referencia precisa, pero como no lo es, me tomo la libertad de contar lo que entendí y dar la indicación del título del libro para que a quien le interese pueda buscarlo y leerlo. Aunque no descarto la posibilidad de revisar esto en algún momento y hacer las citas de manera más prolija.
Pappert también dice en una parte de su libro que muchas de las cosas que él logró tienen su origen en una afición que desarrolló desde muy pequeño. Algunos niños coleccionan autitos, otros estampillas, otros latas de bebidas gaseosas, boletos de ómnibus o etiquetas de cigarrillos. Él se dedicó a coleccionar formas de aprender. Yo me identifico completamente con él en eso. Desde que era muy chico siempre me ha interesado el aprendizaje. He observado como aprendo yo mismo y cómo aprenden las otras personas. Y como he pasado la mayor parte de mi vida aprendiendo en forma autodidacta y enseñando distintas cosas a miles de personas, he tenido oportunidad de observar y aprender mucho sobre cómo funciona el aprendizaje. Es lo que podría llamarse un meta-aprendizaje: aprender cómo aprender. E incluso un meta-metaprendizaje, es decir aprender formas de aprender a aprender.